A Felisa

A Felisa de Ramón de Campoamor El día de su casamiento con: D Salustiano de Olózaga Aunque a la aurora temores, y al mismo sol dés enojos, te sientan con mil primores la languidez en los ojos, y en el cabello las flores. Muestran tantas maravillas los diamantes en tu cuello, las rosas en tus mejillas, que con real ornato brillas desde la planta al cabello. Y aunque arreo tan brillante dé a tu belleza decoro, ¡ay, que en tu lindo semblante oculta cada diamante, bella Felisa, un tesoro! Vertiendo dulce sonrisa, no ocultes los ojos bellos, porque te dirán con risa que ya leyeron, Felisa, tus pensamientos en ellos. Embebecida y errante vagas con planta insegura, cual si escucharas amante el céfiro susurrante que entre tus bucles murmura. Ya sé que en este momento las niñas en dulce calma oyen, con turbado intento, cosas que murmura el viento y escucha gozosa el alma. Ya se que el cielo abandonan los ángeles, y que hermosos de luz su frente...

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