A los pies de Venus : 3-06

A los pies de Venus de Vicente Blasco Ibáñez Tercera Parte : NUESTRO CESARVI¡Y NO LA VERÉ MAS! Llevaba Claudio Borja varios días recluido en su casa, sin otro ejercicio que cortos paseos, apoyado en un bastón, por el jardín del villino. Todas las tardes recibía la visita de sus amigos, instalándose éstos en el estudio, como si fuese una prolongación de aquel café, lugar de sus reuniones, para hacer compañía al que llamaban por antonomasia el herido. Una mañana, cerca ya de mediodía, vino a visitarlo Enciso de las Casas. En días anteriores se había valido del teléfono para preguntar por el estado de Borja, excusando su ausencia y justificándola con las grandes ocupaciones qua le imponía cierta cuestión entre el Gobierno de su país y el Vaticano. Atento siempre a cumplir las reglas del buen trato social, creía faltar a sus deberes no yendo en persona a pedir...

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