Ana Karenina II: Capítulo V

Ana KareninaSegunda parte: Capítulo V de León Tolstoi –Aunque es un poco indiscreto, tiene tanta gracia que ardo en deseos de relatarlo –dijo Vronsky, mirándola con ojos sonrientes–. Pero no daré nombres. –Yo los adivinaré, y será aún mejor. –Escuche, pues: en un coche iban dos jóvenes caballeros muy alegres. –Naturalmente, oficiales de su regimiento. –No hablo de dos oficiales, sino de dos jóvenes que han comido bien. –Traduzcamos que han bebido bien. –Quizá. Van a casa de un amigo con el ánimo más optimista. Y ven que una mujer muy bonita les adelanta en un coche de alquiler, vuelve la cabeza y –o así se lo parece al menos– les sonríe y saluda. Como es de suponer, la siguen. Los caballos van a todo correr. Con gran sorpresa suya la joven se apea ante la misma puerta de la casa adonde ellos van. La bella sube corriendo al piso alto. Sólo han visto de ella sus rojos labios bajo el velillo y los piececitos admirables. –Me lo cuenta usted con...

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