Ana Karenina II: Capítulo XXVIII

Ana KareninaSegunda parte: Capítulo XXVIII de León Tolstoi Cuando Alexey Alejandrovich llegó a las carreras, Ana estaba sentada ya al lado de Betsy en la tribuna donde se congregaba la alta sociedad. Ana vio a su marido desde muy lejos. Dos hombres –su marido y su amante– formaban como dos centros de su vida. Los sentía próximos aun sin ayuda de los sentidos corporales. Desde lejos presintió la llegada de su esposo a involuntariamente lo siguió con los ojos entre las olas de muchedumbre en medio de las cuales se movía. Lo veía acercarse a la tribuna, ora correspondiendo, condescendiente, a los saludos humildes; ora contestando, amistosamente, pero con cierta distracción, a sus iguales; ora espiando con atención la mirada de los poderosos y quitándose su amplio sombrero hongo, calado hasta las puntas de las orejas. Ana conocía muy bien todas aquellas maneras de saludar a la gente, y todas le despertaban el mismo sentimiento de antipatía. «En su alma no hay más...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información