Ana Karenina V: Capítulo IV

Ana KareninaQuinta parte: Capítulo IV de León Tolstoi –¡Ya han llegado! –¡Ya están! –¿Quién es? –¿Aquél, el más joven? –Y ella, la pobrecita está más muerta que viva... –Estas exclamaciones brotaban de la multitud, cuando Levin, uniéndose a la novia en la entrada, penetró con ella en la iglesia. Esteban Arkadievich contó a su mujer la causa del retraso. Los invitados sonreían, haciendo comentarios a media voz. Levin no veía a nadie ni nada. Miraba a su novia sin apartar los ojos de ella. Todos afirmaban que la joven estaba muy desmejorada desde estos últimos días, y que con la corona estaba menos bella que de costumbre, pero Levin no lo creía así. Miraba el alto peinado de Kitty, con su largo velo blanco, con blancas flores; miraba la alta gorguera que, con singular gracia virginal, cubría los lados de la garganta, dejando al descubierto la parte delantera; miraba su cintura finísima y le parecía su novia más hermosa que nunca, no porque las...

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