Ana Karenina V: Capítulo XXXII

Ana KareninaQuinta parte: Capítulo XXXII de León Tolstoi Cuando Vronsky volvió, Ana no estaba aún en casa. A poco de irse él, según le dijeron, había llegado una señora y ambas se habían marchado juntas. Que ella saliera sin decirle a dónde iba, lo que no había sucedido hasta ahora, y que por la mañana hubiese hecho lo mismo, todo ello unido a la extraña expresión del rostro de Ana y al tono hostil con que por la mañana, en presencia de Jachvin, le había arrebatado las fotografías de su hijo, obligó a Vronsky a reflexionar. Se dijo que debía hablar con ella y la esperó en el salón. Pero Ana no volvió sola, sino con su tía, la vieja solterona princesa Oblonskaya, que era la señora que había ido allí por la mañana y con la que Ana había salido de compras. Al parecer, ella no veía la expresión, interrogativa y preocupada, del rostro de Vronsky, mientras le contaba alegremente lo que había comprado por la mañana. Él notó que le pasaba algo extraño....

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