Ana Karenina VI: Capítulo IV

Ana KareninaSexta parte: Capítulo IV de León Tolstoi Vareñka estaba muy atractiva, con su pañuelo blanco sobre la negra cabellera, rodeada de niños, ocupándose alegremente de ellos y visiblemente conmovida por la posibilidad de que el hombre que le gustaba se le declarase. Sergio Ivanovich, a su lado, la miraba sin cesar, recordando las agradables conversaciones que había mantenido con ella y comprendiendo cada vez más claramente que experimentaba por la joven un sentimiento especial, que ya sintiera otra vez, mucho tiempo hacía, en su primera juventud. Sí, sólo una vez... La impresión de alegría que le causaba su proximidad fue creciendo sin cesar hasta el momento en que, al darle una seta, una enorme seta de tallo delgado, con los bordes vueltos hacia afuera, la miró a los ojos y observó el rubor que su emoción tímida y alborozada hacía subir a su rostro. Él mismo se turbó y le sonrió con una de aquellas sonrisas que dicen tantas cosas. «De ser así», se...

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