Ana Karenina VI: Capítulo XII
Ana KareninaSexta parte: Capítulo XII
de León Tolstoi
Al despertarse a la aurora, Levin trató de hacer levantar a sus compañeros.
Vaseñka de bruces, con las medias puestas y las piernas estiradas, dormía tan profundamente que fue imposible obtener de él respuesta alguna.
Oblonsky, entre sueños, se negó a salir tan temprano. Incluso «Laska», que dormía enroscada en el extremo del heno, se levantó, perezosa y desganada, estirando y enderezando a disgusto las patas traseras.
Levin se calzó, cogió el arma, abrió la puerta con cuidado y salió.
Los cocheros dormían junto a los coches; los caballos dormitaban también. Sólo uno de ellos comía indolentemente su ración de avena. Aún se sentía mucha humedad.
–¿Por qué te has levantado tan pronto, hijo? –preguntó la vieja casera, con tono amistoso, como a un viejo conocido.
–Voy a cazar tiíta. ¿Por dónde he de ir para salir al carrizal? –preguntó él.
–Llegarás en seguida por detrás de casa,...
Está viendo el 8% del contenido de este artículo.
Solicitud de acceso
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
ACCESO COMPLETO
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
SIN PUBLICIDAD
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
ACTUALIZACIÓN
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales:
Enseñanza
Bibliotecas públicas