Ana Karenina VI: Capítulo XXV

Ana KareninaSexta parte: Capítulo XXV de León Tolstoi Siempre en las mismas condiciones, sin tomar medidas para el divorcio, Vronsky y Ana pasaron el verano y parte del otoño en el campo. Habían decidido no ir a ningún otro lugar; pero cuanto más tiempo se quedaban solos y sobre todo en el otoño, sin invitados, tanto más veían los dos que tendrían que cambiar de vida, que no podrían resistir la que llevaban. Aparentemente, era tan buena que no cabía otra mejor: había abundancia de todo, salud, tenían una hija en quien mirarse y ocupaciones en qué emplearse y distraerse. Aunque no había invitados a quienes deslumbrar, Ana se ocupaba igualmente de arreglarse y adornarse. Leía mucho, tanto novelas como otros libros que estaban de moda. Se hacía enviar todas las obras de las cuales se hablaba en la prensa y en las revistas extranjeras y las leía con aquella atención profunda que se tiene solamente en la soledad. Además, todas las cuestiones en que se ocupaba...

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