Ángel Guerra: 016

Ángel Guerra Primera parte - Capítulo III - La vuelta del hijo pródigo de Benito Pérez Galdós IV A eso de las once corrieron voces por la casa de que la señora descansaba, con letargo que parecía más seguro que los de las noches anteriores, y todos se dispusieron a descansar también. Quiso Guerra ocupar su cuarto; pero Leré se la quitó de la cabeza con esta observación: «El cuarto de usted está cerrado de orden de la señora. Yo tengo la llave y puedo abrirlo; pero estoy segura de que haremos un ruido infernal. La cerradura aquella suena como un tiro, y la señora se enterará, y la tendremos toda la noche cavilando y haciéndome preguntas». Convencido Ángel por esta explicación, no quiso admitir de Braulio la cama que éste ocupaba en una pieza próxima al comedor, ni consintió tampoco que le pusieran un catre de tijera en el cuarto de la plancha. Prefirió dormir en un sofá de los varios que en la casa había, mejor dicho, acostarse, pues dormir le sería...

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