Ángel Guerra: 019

Ángel Guerra Primera parte - Capítulo III - La vuelta del hijo pródigo de Benito Pérez Galdós VII Ción callaba, un tanto cohibida por las extremosas caricias de su padre, a quien no había visto en algún tiempo. Desproporcionada en su desarrollo intelectual, que aventajaba al del cuerpo, sus seis años, si parecían diez por la inteligencia, representaban cuatro por la estatura. Su precocidad manifestábase en la inquietud ratonil, en el afán de apreciar por sí misma todas las cosas, tocándolas, revolviéndolas, examinándolas por dentro y por fuera, en el flujo de hacer preguntas por todo y para todo, ansia de saber, prurito de observación, reconocimiento del mundo en que se han abierto los ojos, y tanteo del terreno vital en sus diversas zonas morales y físicas. Era delgaducha, ojinegra, más graciosa que bonita; su cara diminuta, toda expresión, viveza, prontitud; su agilidad pasmosa, acortando lo más posible la distancia entre el deseo y el acto. Llenas de...

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