Ángel Guerra: 024

Ángel Guerra Primera parte - Capítulo III - La vuelta del hijo pródigo de Benito Pérez Galdós XII Bastante después de medianoche, Guerra se adormeció, apoyando el codo en el brazo de la butaca, y la cabeza en el puño cerrado. Fue tan solo un bosquejo de sueño, sin perder totalmente la apreciación de lo real; pero entre brumas y contornos indefinibles se le presentó la visión de la máscara griega con el cabello erizado, la contracción de espanto en su boca cuadrangular. Al volver en sí, vio que a su madre se acercaba una persona, de leve andar y forma escurridiza. Era Leré, envuelta en su mantón, y descalza, con medias. Había venido a echar un vistazo a la señora, y hallándola despierta, habló con ella. Acercose también Ángel, y doña Sales les riñó a entrambos por empeñarse en velar cuando menos necesidad había de que se molestasen. «Idos a acostar -les dijo-. Y tú, Ángel, no seas terco, ni me enfades. Vete a tu cuarto y descansa, que quizás lo...

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