Ángel Guerra: 033
Ángel Guerra Primera parte - Capítulo V - Ción de Benito Pérez Galdós I Por la noche recayó Ción. Era una fiebre de crecimiento, según dijo Augusto, intensísima, con aceleración extraordinaria de los movimientos cardíacos. Alarma en la casa, aflicción de Leré, inmensa inquietud de Guerra, que estuvo toda la noche fuera de sí, como demente, y en su trastorno llegó a decir a Miquis: «Si no me curas a la niña, te mato». El simpático doctor no las tenía todas consigo, y vigilaba el corazón de la enfermita, entendiendo que de allí provenía todo el mal. En medio de la alta calentura, que llegó a pasar de los cuarenta, conservaba la chicuela sus facultades intelectuales, hablaba como una taravilla, pedía sin cesar agua para lavarse las manos, y lloraba cuando su papá y Leré se separaban de ella. El día siguiente fue angustioso, con ligeros descansos. Guerra no comprendía qué enfermedad era aquella, sintomatizada sólo por la altísima fiebre, que si...
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