Cambio de aguinaldos

Todo en broma Cambio de aguinaldos de Vital Aza CAMBIO DE AGUINALDOS  ¡Ay, qué semana! ¡Qué apuros con los regalos malditos! Se me han ido en regalitos lo menos cuarenta duros. Ninguno sin su propina se ha escapado hasta el presente: el limpiabotas de enfrente, el tendero de la esquina, la aguadora, el peluquero, la cocinera Ramona, el chico de la patrona, el chico del sombrerero, el chico de don Facundo, el chico del impresor... ¡Si en estos días, señor, tiene chicos todo el mundo! ¡Esto es ya abusar! ¡Si es cosa de andar a palos! Y aún me quedan dos regalos, a quienes no he de faltar. Mi Rita –¡mi amor divino!– que me esperará mañana, y el chiquillo de mi hermana, que es bruto, pero es sobrino. A Rita, la pobrecita, que es tan buena y tan hermosa, le compraré cualquier cosa. ¿Qué le compraré yo a Rita? ¿Un aderezo? ¡No! ¡No! ¡Eso cuesta un dineral! Cualquier cosita... Con tal de que se la mande yo, la agradece, de seguro. ¿A qué...

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