Cantos de vida y esperanza: VI

Salutación a Leonardo VI Pág. VI de {{{Reseña}}} Cantos de vida y esperanza Rubén Darío Maestro, Pomona levanta su cesto. Tu estirpe saluda la Aurora. ¡Tu Aurora! Que extirpe de la indiferencia la mancha; que gaste la dura cadena de siglos; que aplaste al sapo la piedra de su honda. Sonrisa más dulce no sabe Gioconda. El verso su ala y el ritmo su onda hermanan en una dulzura de luna que suave resbala (el ritmo de la onda y el verso del ala del mágico cisne, sobre la laguna) sobre la laguna. Y así el soberano maestro del estro, las vagas figuras del sueño se encarnan en líneas tan puras, que el sueño recibe la sangre del mundo mortal, y Psiquis consigue su empeño de ser advertida a través del terrestre cristal. (Los bufones que hacen sonreír a Monna Lisa, saben canciones que ha tiempo en los bosques de Grecia decía la risa de la brisa.) Pasa su Eminencia. Como flor o pecado en su traje rojo; como flor o pecado, o conciencia de sutil monseñor que...

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