Capítulos que se le olvidaron a Cervantes: 45

Capítulos que se le olvidaron a Cervantes Capítulo XLIV - De la despedida que de los señores del castillo hizo nuestro aventurero de Juan Montalvo Rocinante y el rucio, aderezados ya, estaban a la puerta del castillo, y Sancho Panza averiguándose con las alforjas, las cuales, gracias a doña Engracia, las tenía rebosando de pollos, cecina, bizcocho y otras curiosidades muy del gusto de ese buen escudero. No había para el ocupación más grata que la de acomodarlas, ni rato más alegre que el de abrirlas. De gula, no comía, pero no le desagradaba mojar un mendrugo en un caldero de gallinas; y en viniéndole a la mano un tercio de capón, daba tan buena cuenta de él, que no había cuándo porfiar que lo concluyera. «Si el buen Sancho, dijo don Prudencio Santiváñez, no tuviese algún motivo especial de amor a su rucio, se le podría trocar dicha alimaña con un cuartago de no mal talante y mucha fortaleza que tengo en mis caballerizas. Según entiendo, el rucio viene a...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información