Geografía física Orografía Castilla y León, que, a excepción del NE. de la provincia de Burgos, que pertenece a la depresión del Ebro, forma parte, en su totalidad, de la submeseta septentrional, se halla casi totalmente rodeada de montañas. La cordillera Cantábrica forma un semicírculo altísimo que la separa de Cantabria, Asturias y Galicia con las impresionantes alturas del pico Espiguete (2 453 m), en la raya entre las provincias de León y Palencia; Peña Prieta (2 536 m), en el límite de aquélla con Cantabria, así como Curavacas (2 520 m); algo más al S. Peña Vieja (2 630 m), que es la altura culminante, en el confín de la provincia con Cantabria y Asturias; Peña Santa (2 452 m), lindando con Asturias y Peña Labra (entre Palencia y Cantabria), y el puerto del Pontón (1 280 m), por donde pasa la carretera de Riaño a Ribadesella. Más al O., el pico de Mampodre (2 197 m), el puerto de Tarna (1 464 m) en la carretera de Riaño a Oviedo. A poniente, el puerto de San Isidro (1 311 m); el de Pajares (1 363 m), atravesado por el ferrocarril y la carretera que se dirigen a Oviedo; Peña Ubiña y el puerto de Leitariegos; el del Escudo entre Cantabria y Burgos y Orduña entre esta última provincia y el País Vasco. En el nordeste se eleva el Sistema Ibérico que se extiende hacia Aragón. Los puntos culminantes de éste se alzan en la Sierra de la Demanda, Urbión (2 228 m) y las estribaciones del Moncayo (2 313 m). Accidentan esta zona numerosas sierras que cruzan transversalmente el Sistema Ibérico, destacando por sus alturas las de Sierra Cebollera y Peña Cervera (entre Soria y La Rioja) y sierra de Covarrubias en Burgos. Separada de esta cordillera por la depresión del río Jalón, atraviesa la meseta el Sistema Central con sus dos cadenas montañosas de Sierra de Gredos y Sierra de Guadarrama. Forman éstas una barrera natural de separación con Castilla-La Mancha y en ellas se elevan los picos de Plaza del Moro Almanzor (2 592 m) y Peñalara (2 430 m). Estos macizos se interrumpen cerca del límite con la provincia de Salamanca. En el interior de la orla montañosa que bordea la región, se extiende una altiplanicie cuya altitud oscila entre los 500 y 1 000 m, cuenca sedimentaria denominada Meseta del Duero por su accidente más significativo y que desciende en dirección sur. En el sector leonés de la altiplanicie afloran materiales del zócalo paleozoico (granitos, gneis, pizarras, cuarcitas) cubiertos hacia el E. por rocas sedimentarias (arcillas, margas, yesos, calizas). En el centro de la altiplanicie se distinguen dos tipos de llanura a diferente nivel; la más baja o campiña compuesta por arcillas, otra más alta o páramo de suelo calcáreo, pedregoso, estéril y desolado y entre ambas las cuestas, excavadas por la erosión fluvial y que son bastante yesíferas. Campiña y páramo se funden en una sola llanura formando los bordes de la cuenca, y el páramo, elevándose sensiblemente, se prolonga hasta la orla montañosa. Se trata, por lo tanto, de diferentes niveles escalonados a distinta altura, pero siempre a una gran altitud sobre el nivel del mar, y de horizontes despejados, en los cuales la impresión de llanura no desaparece jamás.