De Oñate a La Granja : 30
De Oñate a La Granja : 30
de Benito Pérez Galdós
A los cinco minutos encontraron la tropa isabelina, mandada por un capitán, que fue como ver abiertas las puertas del Cielo. En un instante, cambiadas rápidamente las informaciones de unos y otros, tuvieron todos noticia exacta de lo ocurrido, y el capitán felicitó a D. Fernando por su comportamiento en el lance con el jefe de la partida. «Ha sido terrible -dijo Demetria-; nuestro caballero se portó como un héroe.
-No haga usted caso; salimos del conflicto como pudimos, por pura chiripa... Hay cuartos de hora felices, como los hay desgraciados, y este mío no ha sido de los mejores, porque me atizaron una bala... aquí... en esta pierna.
-No hay que apurarse -dijo el capitán-; le curaremos para que continúe su viaje sin molestia. Aquí tengo un muchacho que le hará a usted la primera cura».
Era el capitán un mozo de lo más vivo y simpático que...
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