Don Quijote, Primera Parte: Capítulo XLIII

El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha: Donde se cuenta la agradable historia del mozo de mulas, con otros estraños acaecimientos en la venta sucedidos de Miguel de Cervantes -Marinero soy de amor, y en su piélago profundo navego sin esperanza de llegar a puerto alguno. Siguiendo voy a una estrella que desde lejos descubro, más bella y resplandeciente que cuantas vio Palinuro. Yo no sé adónde me guía, y así, navego confuso, el alma a mirarla atenta, cuidadosa y con descuido. Recatos impertinentes, honestidad contra el uso, son nubes que me la encubren cuando más verla procuro. ¡Oh clara y luciente estrella, en cuya lumbre me apuro!; al punto que te me encubras, será de mi muerte el punto. Llegando el que cantaba a este punto, le pareció a Dorotea que no sería bien que dejase Clara de oír una tan buena voz; y así, moviéndola a una y a otra parte, la despertó diciéndole: -Perdóname, niña, que te despierto, pues lo hago porque gustes de...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información