Dos mujeres: 08
Capítulo VII 08 Pág. 08 de 34 Dos mujeres Gertrudis Gómez de Avellaneda Una de las particularidades que se observan en las personas afligidas o tristes, es la sorpresa que les causa el placer o la mera indiferencia de las demás. Cuando padecemos se nos hace difícil creer que nuestra pena no sea un mal general, y como que no se comprende que lo que es causa de nuestro profundo dolor pueda ser un acontecimiento insignificante para otros. Cuando Luisa dejó de ver a Carlos no fue solamente su corazón el que dejó vacío: parecíale que lo estaba igualmente la casa que ya no habitaba, la ciudad que dejaba desierta. Antojábasele que, como si la ausencia de su marido fuese una calamidad pública, Sevilla había tomado un aspecto de luto, y que el trastorno verificado en su felicidad era un trastorno universal. La voz de una vecina que cantaba al piano una alegre canción andaluza, la hirió el oído y el corazón, y se dijo con una especie de dolorosa sorpresa:...
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