Edad del Hierro

Última de las grandes etapas de la prehistoria, consecutiva a la Edad del Bronce. Se caracteriza por el empleo generalizado del hierro en la elaboración de armas, utensilios y, en ocasiones, adornos. El mineral utilizado se hallaba, a veces, en forma de limonita muy impura y se conseguía mediante recolección y simples explotaciones a cielo abierto, y en regiones con grandes yacimientos en galerías (minas celtas de Francia, Noricum, Dalmacia, Bretaña y otras regiones). El mineral se reducía con carbón vegetal en sencillos hornos de piedra y arcilla, y se continuaba su elaboración mediante forja. En el s. VIII a. de C., el temple superficial significó un gran progreso, sobre todo por su aplicación en las partes cortantes. El empleo del hierro se extendió lentamente, ya que los objetos de este metal eran, al principio, menos duros que los de bronce. Pero, a diferencia de éste, el hierro se podía obtener en todos los lugares en un radio de 100 km, y no requería una minería...

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