El movimiento ecologista

Un pulso a la industria nuclear

No es casual el que hayamos introducido esta aproximación a la historia del movimiento ecologista a través de la acción del 3 de junio. En ella se juntan varios elementos que definen el estilo tan peculiar del ecologismo. Lo que a algunos les podría parecer una complicadísima trama que moviera los hilos de los cientos de grupos que como un solo hombre se lanzaron a la calle, desde Estocolmo a Madrid y desde Washington a Viena, no fue sino un pequeño grupo de amigos de la ciudad suiza de Basilea que un buen día dirigieron 3.500 cartas a otras tantas direcciones reunidas pacientemente, invitando a todo el mundo a participar en la conferencia internacional citada. Luego, un buen día de diciembre de 1978, se reunieron en esta ciudad del centro de Europa un centenar de personas procedentes de las cuatro esquinas del mundo, y allí se decidió sin más que el día de Pentecostés debería hacerse una demostración de fuerza y unidad.

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