El papá de las bellezas: 04
Capítulo IV 04 Pág. 04 de 11 El papá de las bellezas Felipe Trigo -¡Hola, duque! -¡Hola, duque! -¡Muy buenas, señor duque! Le saludaron, con deferentísimas estimas, con profundos rendimientos. Sólo otro noble arruinado, que estaba en el hall, osó deslizarle á su tertulia: -¡Caramba! ¿De dónde habrá sacado el dinero nuevamente? No le hicieron caso. Cargáronle la insidia a cuenta de la envidia. El duque, triunfal, distinguidísimo, contestaba principescamente á los saludos, cruzando salones y dirigiéndose al de juego. Treinta y cuarenta. Se sentó y jugó. A las cinco había ganado seiscientas doce pesetas. A las seis, después de una terrible oscilación en que casi llegó á perder la mil de su cartera, habíalas recuperado, y ganado, además, tres mil. ¡Bien! Nadie habría podido notar la menor inmutación. Lo mismo mientras la suerte le ayudó, que cuando habíale sido adversa, conversaba indiferente con un joven. ¡Sabía que en el juego es...
Está viendo el 12% del contenido de este artículo.
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales: Enseñanza Bibliotecas públicas