El pasaporte amarillo: 07
Capítulo VII 07 Pág. 07 de 10 El pasaporte amarillo Joaquín Dicenta Al amanecer del nuevo día se daba al mar, con su vapor, el marino hermano de Miguel. Débora, deseosa de festejarle y de hacer más íntimo el adiós, dispuso la cena en su casa, improvisando un comedor en el cuarto de estudio y devolviendo a la cocina sus títulos y sus preeminencias anteriores. La joven, que oficiaba de cocinera, iba y venia desde la hornilla a la habitación donde conversaban los hermanos. Dominando sus angustias y sus temores, mostrábase alegre, decidora, replicando con ingenio y soltura a los requiebros que la dirigía el marino y a las bromas que éste daba a Miguel con motivo de su futuro matrimonio. -Ya está aquí la cena -exclamó Débora, poniendo sobre la mesita, prevenida al objeto, un cazolón lleno hasta los bordes de humeante y aromática sopa. -Pues a cenar -respondió el marino. -Y Dios con todos -dijo, sentándose, Miguel. -Con todos y para su felicidad...
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