El Terror de 1824 : 12

El Terror de 1824 : 12 de Benito Pérez Galdós Muy gozoso y satisfecho estaba D. Benigno Cordero con el suceso de su vuelta a la patria y al hogar querido, y resuelto a que el durase mucho el contento, hacía propósito firmísimo de no tornar a mezclarse en política, ni vestir uniforme, ni menos hacer heroicidades en Boteros ni en otro arco alguno. Verdad es que guardaba en su pecho cual tesoro riquísimo o como los restos queridos de una persona amada que se depositan en secreta urna, las mismas aficiones políticas a que debió su destierro. Eso sí: antes creyera que el sol salía de noche que dejar de ver en la libertad, en el progreso y en la soberanía del pueblo, la felicidad de las Naciones. Mas era preciso poner una losa sobre estas cosas y D. Benigno la puso. -Desde hoy -dijo-, Benigno Cordero no es más que un comerciante de encajes. No adulará al absolutismo, no dirá una sola palabra en favor de suyo; pero...

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