El Terror de 1824 : 18

El Terror de 1824 : 18 de Benito Pérez Galdós Clarísima luz entró de improviso en la mente del afligido viejo; desaparecieron las percepciones vagas, las ideas confusas para dar paso a aquella siempre fija, inmutable y luminosa que había dirigido su voluntad durante tanto tiempo, llenando toda su vida moral. -Ya estoy en mí -dijo en tono de seguridad y convicción-. Soledad... ¡tú y yo en este sitio! Al fin, al fin Dios ha señalado mi día. ¿No lo decía yo?... ¿no decía yo que al fin vendría la hora sublime? ¡Destino honroso el nuestro, hija mía! He aquí que no sólo heredas mi gloria, sino que la compartes, y los dos juntamente, unidos aquí como lo estuvimos allá, somos llamados... -Silencio -gritó Chaperón bruscamente-. Responda usted a lo que le pregunto. ¿Cómo se llama usted? -Excusada pregunta es esa -repuso con aplomo y dignidad D. Patricio-, pues todo...

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