El Terror de 1824 : 28

El Terror de 1824 : 28 de Benito Pérez Galdós Poniendo sobre todas las cosas su anhelante deseo de llegar pronto al fin de la jornada vital, que era el comienzo de su triunfo, Sarmiento deploraba que la justicia de aquellos tiempos hubiese fijado en cuarenta y ocho horas el plazo de la preparación religiosa. Con diez o doce horas había bastante, según él. Los dos frailes que le asistían aprovecharon la ocasión de su soledad para hablarle recio en el negocio de la salvación, logrando que D. Patricio atendiese a él, y consintiera en oír el trasnochado sermoncillo que preparado traía el padre Salmón. Después de comer, cuando Sola vencida por el cansancio había cedido al sueño y dormitaba sentada, el padre Alelí logró hacerse oír de Sarmiento con mayor interés. Por la noche pareció que el espíritu del buen viejo se recogía y como que se amilanaba algún tanto,...

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