El Terror de 1824 : 7

El Terror de 1824 : 7 de Benito Pérez Galdós En los días sucesivos tuvo D. Patricio los mismos deseos de salir, si bien, a excepción de una vez, no fueron tan ardientes; pero hubo gritos, amenazas, volvió a funcionar el inocente palo y la carcelera a desplegar las armas de su convincente piedad y de la graciosa prudencia que tan buenos efectos produjera el primer día. Horas enteras pasaba el vagabundo patriota, corriendo de un ángulo a otro de la sala, como enjaulada bestia, deteniéndose a veces para oír los ruidos de la calle, que a él le sonaban siempre como discursos, proclamas o himnos, y poniéndose a cada rato el sombrero para salir. Este acto de cubrirse primero y descubrirse después al caer en la cuenta de su encierro era gracioso, y excitaba la risa de su amable guardiana. En la comida y cena mostrábase más manso, y se ponía con cierto orgullo las prendas de vestir que Sola le había arreglado....

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