El último tango de Carlos Gardel

Un francés en Buenos Aires

En 1885 o en 1887 había nacido en Tolouse, Francia, Charles Romuald Cardes, hijo de Berta Gardés y de padre desconocido. En 1890 madre e hijo emigraron a la Argentina y poco se sabe de la vida de ambos —dura, con certeza— hasta los primeros años del decenio de 1910. Por esa época Carlos ya es conocido como buen cantante de patios y cafés (entre éstos el casi mítico Hansen) y, sobre todo, en el barrio del mercado de abasto; también por entonces formó con Francisco Martino un dúo de vida breve y éxito pobre. En 1913, Martino, Saúl Salinas, José Razzano y Gardel forman un cuarteto folklórico, de destino tan precario como el del grupo anterior. La deserción de los dos primeros deja solos al Morocho del Abasto—Gardel— y al Oriental— Razzano—, y así nace el dúo más célebre de cantes rioplatenses populares. Su repertorio se centraba en cifras, estilos y milongas camperas, con lo que recogían la herencia de los últimos payadores, como Gabino Ezeiza y José Betinoti, este último amigo y consejero de Gardel. En 1917, Max Blucksmann contrata al dúo para grabar discos con la marca La Nacional Odeón. Uno de esos discos, en su segunda cara, tiene grabado el primer tango cantado por Gardel como solista: Mi noche triste, letra y música de Pascual y Samuel Contursi. Según la frase de Enrique Santos Discépolo, un gran poeta de la Guardia Nueva, en ese momento «el tango subió de los pies a la boca» de la gente; se eclipsaba en parte la danza para dar paso a la canción. La carrera de Gardel continuó con presentaciones personales, en los discos y en el cine. Sus películas tuvieron un éxito de público enorme: en algunos cines argentinos, el operador se veía obligado a rebobinar el rollo para repetir los tangos cantados por el protagonista. Desde 1925, a causa de una enfermedad de Razzano, el dúo desaparece, y Gardel sigue su camino en solitario. Barcelona, Madrid (en el Teatro Romea), París, Nueva York asisten a sus presentaciones y dan su beneplácito. Entre los títulos de la filmografía gardeliana destacan Luces de Buenos Aires, Melodía de arrabal, Cuesta abajo, El tango de Broadway, El día que me quieras y Tango Bar.

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