Escenas de corral

15/10/2012 2.254 Palabras

Escenas de corral de Hans Christian Andersen Una ánade llegó de un rincón de Portugal, según algunos historiadores, y del mediodía de España, según otros; pero esto importa muy poco; lo que conviene saber es que la llamaban la Portuguesa; puso huevos y después la mataron y la metieron en el asador; tal fue el curso de su existencia. Los patos machos y hembras que de estos huevos salieron, y más tarde sus hijuelos, fueron llamados también portugueses; esto constituía su nobleza. Al cabo de algunos años, no quedó de toda la raza más que una ánade; habitaba un corral en el que moraban también gallinas y un gallo que se paseaba con jactancia. «Me atolondra con sus agudos gritos, -se dijo un día el ánade-, pero me agrada por sus hermosas plumas; aunque no sea de la familia de los patos, no puedo menos de confesar que es muy buen mozo. Debería, empero, moderar la robustez de su voz; es un arte que solo la buena educación enseña; aquí tan solo los pájaros canoros...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info