Estival

Estival de Rubén Darío La tigre de Bengala, Con su lustrosa piel manchada a trechos, Está alegre y gentil, está de gala. Salta de los repechos De un ribazo, al tupido Carrizal de un bambú; luego, a la roca Que se yergue a la entrada de su gruta. Allí lanza un rugido, Se agita como loca Y eriza de placer su piel hirsuta. La fiera virgen ama. Es el mes del ardor. Parece el suelo Rescoldo; y en el cielo El sol, inmensa llama. Por el ramaje obscuro Salta huyendo el canguro. El boa se infla, duerme, se calienta A la tórrida lumbre; El pájaro se sienta A reposar sobre la verde cumbre. Siéntense vahos de horno; Y la selva africana En alas del bochorno, Lanza, bajo el sereno Cielo, un soplo de sí. La tigre ufana Respira a pulmón lleno, Y al verse hermosa, altiva, soberana, Le late el corazón, se le hincha el seno. Comtempla su gran zarpa, en ella la uña De marfil; luego toca El filo de una roca, Y prueba y lo rasguña. Mírase luego el flanco Que azota con el rabo...

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