Grecia. El golpe de los coroneles

La Grecia de la posguerra

Los acontecimientos que condujeron a esta situación arrancan de la crisis que, a partir de la derrota electoral sufrida por Karamanlis en 1963, hizo evidente la imposibilidad de continuar con la hegemonía de la derecha que aquél representaba en Grecia, y que había ejercido el poder sin demasiados problemas durante el período que va de 1955 a 1963. El predominio en esa etapa del partido ERE (Unión Nacional Radical), apoyado en buena medida por la poderosa extrema derecha y por Estados Unidos, no pudo impedir el avance creciente de una oposición política que no hacía más que reflejar los cambios sociales y económicos producidos en Grecia después de la Segunda Guerra Mundial. En efecto, tras la liberación del suelo griego, ocupado durante tres años (1941-1944) por tropas alemanas, italianas y búlgaras que ejercieron contra la población una represión particularmente cruel, las organizaciones de resistentes se negaron a obedecer la orden de entregar las armas dada por el general británico Scobie. Ello originó una auténtica guerra civil, ya que estas organizaciones, y en particular el EAM (Frente de Liberación Nacional), tenían el respaldo de la gran mayoría del pueblo y habían establecido en las regiones que se iban liberando una auténtica autoadministración que había emprendido ya profundas reformas sociales. Tras el acuerdo que se alcanza en 1945 con la garantía del gobierno británico, pronto se reanudan las hostilidades. Instaurado en todo el país un clima de terror por las actividades de la extrema derecha, los partidos republicanos se abstienen de participar en las elecciones de marzo de 1946, que dan el poder al partido populista monárquico. Con el regreso a Grecia del rey Jorge II, el terror se recrudece, y las organizaciones armadas siguen la iniciativa del partido comunista y se reagrupan en las montañas, donde crean en 1946 el Ejército Democrático de Grecia y hasta un gobierno provisional. Un nuevo período de guerra civil se abre, y no concluye hasta 1949, cuando los insurgentes son derrotados con la ayuda de Truman a las fuerzas oficiales, y por el abandono que hace Stalin de la causa de los comunistas griegos a raíz del reparto de zonas de influencia pactado entre aquel dirigente, Churchill y Roosevelt en Yalta y Postdam.

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