Inglaterra y su Imperio entre las dos guerras mundiales

Introducción

Poniendo de nuevo en funcionamiento las bombas hidráulicas, los marinos salvan las minas del Yorkshire, durante la huelga de 1919.

Tras la guerra de 1914-18, Inglaterra, aunque vencedora, se vio arrastrada por el irreversible movimiento declinante de toda Europa. A pesar de que conservaba los valores que habían constituido su prestigio, acusaba también sus debilidades, en el momento en que otros continentes aumentaban sus posibilidades y sus aspiraciones. La esterlina tropezaba con la competencia del dólar, y la marina mercante británica veía surgir muchos y temibles rivales. Pero, incluso en estas condiciones, la «orgullosa Albión» seguía mostrándose como una gran nación, capaz de dominar a las otras: ¿no tenía, acaso, su imperio una extensión 140 veces mayor que el territorio metropolitano? Sin embargo, la guerra, la utilización de obreros indígenas, las facilidades concedidas a los estudianes pusieron a las «élites» de Africa y de Asia en contacto con las ideologías revolucionarias y nacionalistas. Los súbditos del imperio escuchaban voces nuevas que venían a poner en tela de juicio la antigua supremacía inglesa.

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