NO tengo otra cosa que ofreceros sino sangre, penas, sudor y lágrimas... ¿Me preguntáis cuál es mi política? Os contesto que hacer la guerra... ¿Me preguntáis cuál es mi objetivo? Sólo puedo contestaros con una palabra: la victoria...» El 10 de junio de 1940, al pronunciar este pro fótico discurso ante los comunes, winston churchill, nuevo primer ministro británico, se convierte de hecho en jefe de guerra. un jefe de guerra genial, intransigente y audaz que se opondrá, él solo al principio, al poderío hitleriano. Sin Winston, todo lo peor podría haber sucedido después del dunkerque. pero mientras él estuvo allí, todo compromiso con hitler quedó fuera de discusión», diría una persona que lo conocía intimamente. y en efecto, en las horas más sombrías y dramáticas de la historia de su país, winston churchill sabría galvanizar las energías y devolver las esperanzas a todo un pueblo. en junio de 1940 fue el hombre del destino, no sólo para inglaterra, sino...