La Alemania de Bismarck y de Guillermo II

Introducción

Oficial bavaro a principios del siglo xx. - Paris, Biblioteca Nacional.

En el curso de los años inmediatamente anteriores a la guerra de 1914, los conflictos diplomáticos no se explican más que en el ámbito de las transformaciones económicas y sociales. El desarrollo industrial y su ritmo acelerado, el florecimiento del capitalismo financiero, los conflictos entre los grupos sociales, el amplio movimiento de emigración y la extensión de los cargos militares, condicionaron conjuntamente la política de las potencias. Pero la vigorosa afirmación del sentimiento nacional será una de las características esenciales de la época. La Alemania de Bismarck, orgullosa de su fuerza, se acoge a tradiciones y a principios permanentes para justificar su deseo de conquista. Las minorías que componen el viejo imperio austríaco afirman su derecho a la independencia con una violencia que sacude todo el organismo hasta las raíces. Los nacionalismos inflamados arrastran a los pueblos a la guerra, en la que la supremacía europea conocerá su fin. Particularmente dinámico es el nacionalismo alemán, mezclándose su orgullo por los progresos científicos y técnicos con una exaltación del pasado y el culto a lo «kolossal», mientras intelectuales como Nietzsche y Wagner exaltan el espíritu germánico.

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