La altísima: 05
Capítulo V 05 Pág. 05 de 21 La altísima- Primera parte Felipe Trigo Apartado el hotelillo de los demás en el ángulo de la carretera por los viejos álamos, sólo la hija del encargado de alquileres en Benzo, una muchacha no fea, con cierta presunción de señorío en el vestir, y que vivía en una casita de enfrente, pudo advertir la asiduidad del tílburi veloz que, bajando en dirección á la ciudad, paraba apenas un momento para que el dueño saltase. Iba ella algunos ratos con Adria, á pretexto de las niñas; y Víctor la encontró allí, maligna, curiosa, una tarde. Adria había tenido ya que explicarla, apoyada por su tía Sagrario, que se trataba de «un íntimo del marido»; y luego la tía le riñó un poco á la sobrina la determinación de estas visitas, tomada sin consultarla siquiera. -Y sí, tiene razón, en cierto modo -concedió Adria disculpándose con Víctor -. Pero es mi tía tan singular... ¡cree que estoy enamorada de usted... y no le...
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