La arquitectura

La arquitectura clásica

Los primeros pobladores cretenses (2000 a 1750 a.C.) comenzaron a levantar los palacios en lugares anteriores poco conocidos. La etapa más destacada coincide con los «segundos palacios» (1570-1150 a.C.), de gran suntuosidad y extensión. Disponían de un gran número de habitaciones, pero sin plan orgánico (laberinto). La arquitectura era adintelada y se utilizaba la columna como soporte; ésta tenía forma de cono invertido y era sencilla en sus partes: base y fuste policromados, y capitel, como antecedente inmediato al orden dórico griego. La pintura decoraba todas las salas y creaba un efecto estético de indudable misterio (Palacio de Cnossos, en Creta). En la península griega, Micenas (su máximo esplendor data de 1350-1250 a.C.), dada su situación geográfica, se caracterizó por sus construcciones fortificadas. Reviste especial interés por sus recintos amurallados, con bloques pétreos de considerable tamaño y puertas adinteladas. Destacan, en Tirinto, las cubiertas de galerías con falsas bóvedas, en hiladas. Los palacios o mégara constaban de habitaciones centradas en torno a un patio, precedente del templo griego. La arquitectura funeraria (thólos y drómos) adquirió especial relieve en esta cultura.

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