La campaña del Maestrazgo : 12

La campaña del Maestrazgo : 12 de Benito Pérez Galdós Al amanecer, cuando empezaba a conciliar el sueño, le llamaron... Creyó al pronto que iban a fusilarle, y dijo: «Vamos, estoy pronto. Acabemos de una vez». No tardó en enterarse de que le mandaban a desempeñar una obligación harto triste: enterrar los muertos de la hecatombe de la noche anterior; y si el primer impulso de su orgullo y dignidad fue rechazar colérico un cometido tan impropio de su categoría, luego dejó lugar el orgullo a la conformidad cristiana que había criado en su alma con las meditaciones del pasado insomnio, y dando un gran suspiro, dijo: «Vamos a donde ustedes quieran. Merezco esto y mucho más: seré sepulturero». La idea de que entre los cadáveres podía encontrar el de Baldomero Galán, hizo flaquear un momento su entereza; pero logró rehacerse con estas consideraciones: «Si está, ¡qué...

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