La campaña del Maestrazgo : 26

La campaña del Maestrazgo : 26 de Benito Pérez Galdós Volviendo a ocupar su silla, acarició con movimiento maquinal los papeles que en la otra tenía, alumbrados por el mustio farol. D. Beltrán, sin cambiar de postura, flemático y perezoso, siguió manifestando al caudillo apreciaciones que creía interesantes. Por lo que había oído en Medina y Villarcayo, por algo que pudo descubrir conversando con su grande amigo D. Baldomero Espartero, los tratos para buscar fórmula de paz no habían cesado desde el principio de la guerra. Proposiciones se hicieron a Zumalacárregui, proposiciones a Maroto, y el mismo Cabrera no habría estado libre de que en su oído se murmuraran palabras tentadoras... «A mí no, a mí no -dijo prontamente el leopardo-. Ya saben que mandaría fusilar al que me trajera recaditos de Doña Cristina o del Rey napolitano. -Del Rey de Nápoles, a quien entiendo yo que no...

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