La corona de fuego: 54

25/03/2011 4.770 Palabras

La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira de José Pastor de la Roca Sexta parte : Flores y abrojos Capítulo I - El emisario de S. A. Por fin desesperado, Cediendo a la inquietud y al desaliento. Presa de vil pecado, Lacerado en cruel remordimiento. El magnate infeliz inclina al hado Su destino fatal, triste y cruento. El castillo de Altamira era mientras tanto teatro de singulares acontecimientos. Reinaba en él la agitación más profunda, cubríanse de soldados malos o buenos, sus almenas, sus muros y atalayas, sus obras aportilladas por los estragos del tiempo y por las contiendas civiles reparábanse a toda priesa, y en una palabra, redoblábanse los aprestos de defensa, como si se tratara de una invasión a mano armada o cuando menos de una guerra inminente. Y así era como en general se comprendía, en lo cual, fuerza es decir que había sobrado fundamento, pues venía a corroborarlo aquella celeridad tan activa, aquel arrebato, aquella...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info