La Divina Comedia: El Infierno: Canto IV

La Divina Comedia El Infierno: Canto IV de Dante Alighieri William Blake: El Infierno, Canto IV, 89-95, Homero y los antiguos poetas. Quebró el hondo sueño en la cabeza un feroz tono, tanto que abrí los ojos como quien por fuerza está despierto. Reposada la mirada entorno recorrí, erguido, levantado, y atento mirando por reconocer el lugar donde me hallaba. Verdad es que al borde me encontré del valle, abismo doloroso, que acoge el tronar de llantos infinitos. Oscuro, profundo y nebuloso, tanto, que aun fijando la vista al fondo no discernía cosa alguna. Descendamos ahora al ciego mundo, comenzó palidísimo el Poeta; yo iré primero, y tú segundo. Y yo que advertí el color de su rostro le dije: ¿Cómo iré si tú te espantas, que sueles ser tú quien mi dudar conforta? Y él a mí: La angustia de la gente de allá abajo, tiñe mi rostro de piedad, que de temor tú piensas. Vamos que nos apremia la larga vía: allí empezó a moverse y me hizo entrar en el primer...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información