La Divina Comedia: El Infierno: Canto VIII

La Divina Comedia El Infierno: Canto VIII de Dante Alighieri William Blake: El Infierno, Canto VIII, 30-64, Virgilio repelando a Filippo Argenti desde el bote. Digo pues, continuando, que mucho antes de llegar al pie del alta torre, nuestros ojos se fueron arriba hacia la cima, por dos llamitas que allí veíamos brillar y una a otra de lejos mandar señas, tanto que a penas podía la vista apartar. Y, vuelto al mar de todo sabio aviso le dije: ¿Qué dice este fuego y qué responde aquel otro? ¿y quiénes lo hacen? Y él a mí: Por sobre las sucias ondas, ya puedes atisbar lo que se espera si el humo del pantano no lo esconde. Cuerda no despidió de sí jamás saeta que corriera tan veloz en el aire suelta, como vi yo a una nave pequeñita venir hacia nosotros por el agua aquella, gobernada por sólo un piloto que gritaba: ¡Haz llegado al fin alma perversa! ¡Flegias, Flegias, mi señor le dijo, esta vez gritas en vano! Más no nos tendrás sino es pasando el lodo. Como...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información