La Divina Comedia: El Purgatorio: Canto XVI

La Divina Comedia El Purgatorio: Canto XVI de Dante Alighieri Oscuridad de infierno y de noche priva de todo planeta, bajo pobre cielo, cuanto ser puede de nubes atenebrada, no cubrió mi rostro de tan espeso velo, como aquel humo que allí nos cubría, ni nunca hubo más áspero pelo, que el ojo abierto sufrir podría; por éso mi escolta sabida y confiable se me acercó y el hombro me ofrecía. Como ciego que va detrás de su guía por no perderse y no dar tropiezo en cosa que le moleste, o quizá lo hiera, así me andaba yo bajo el aire amargo y negro, escuchando a mi conductor que me decía: Cuídate que de mi lado no te muevas. Sentía voces, y cada una parecía orar, por paz y misericordia, al Ángel de Dios que los pecados lleva. Sólo “Agnus Dei” eran sus exordios; todas las palabras era de un solo modo pues entre ellas había cabal concordia. ¿Son espíritus éstos, maestro, que oigo? dije yo. Y él a mi: Bien has comprendido, y de la iracundia el nudo van...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información