La estafeta romántica : 28

La estafeta romántica : 28 de Benito Pérez Galdós De Fernando Calpena a D. Pedro Hillo Villarcayo, Agosto. ¿Qué yo vaya a La Guardia, querido clérigo? ¿Con qué fin, con qué razón o apariencias de ella? ¿Por verte y abrazarte? Para eso, más natural es que tú vengas aquí; si así lo hicieres, en ello me darías mucho gusto, y me evitarías el decirte por escrito lo que con más prontitud y claridad se dice de palabra. Por de pronto, sabrás que recibí los libros: desde que a mis manos llegaron, he vivido en ellos, ya reanudando antiguas amistades, ya entablándolas nuevas. Grandes y leales amigos son los libros, ¿verdad, mi caro capellán? Gracias a ellos, ningún vacío de nuestra existencia deja de amenguarse un poco. Leemos, y lentamente caen sobre nuestra alma gotitas de un bálsamo consolador. Lo que siento infinito es que no encontraras las Voces interiores del...

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