La noche de Hungría

David y Goliat

Budapest: arden los retratos del dictador Rákosi.

A pesar de su indignación y asombro, las grandes potencias contemplaron impasibles cómo el ejército soviético sofocaba la fuerte resistencia húngara, que no cedió una sola calle sin pagar antes su precio en sangre: 32.000 muertos, más de 150.000 refugiados y un número indeterminado de deportados fue el balance trágico de una revolución que durante dos semanas hizo pensar al mundo que el pequeño David húngaro podía vencer al gigante soviético.

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