La Regenta:XXII

La Regenta - Capítulo XXII de Leopoldo Alas Alegre, rozagante, como nuevo volvió de los baños de Termasaltas el señor Arcediano don Restituto Mourelo, dispuesto a emprender otra campaña, que esperaba fuese la última y decisiva, «contra el despotismo del simoníaco y lascivo y sórdido enemigo de la Iglesia que, apoderado del ánimo del señor Obispo, tenía sojuzgada a la diócesis». Con esta perífrasis aludía al señor Provisor el diplomático Glocester. El primer disgustillo que tuvo De Pas aquel verano fue esta noticia, que le dieron en el coro, por la mañana. «Ha llegado Glocester». «No le temía, ni a él ni a nadie... ¡pero estaba tan cansado de luchar y aborrecer!». Mourelo se encontró con otros muchos murmuradores de refresco y con los de depósito que no estaban menos ganosos de romper el fuego contra el común enemigo. Todos ardían en el santo entusiasmo de la maledicencia. Los que venían de las aldeas y pueblos de pesca, traían hambre de cuentos...

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