La Regenta:XXIII

La Regenta - Capítulo XXIII de Leopoldo Alas «Tecum principium in die virtutis tuae in splendorum sanctorum, ex utero ante luciferum genui te». Esto leyó la Regenta sin entenderlo bien; y la traducción del Eucologio decía: «Tú poseerás el principado y el imperio en el día de tu poderío y en medio del resplandor que brillará en tus santos: yo te he engendrado de mis entrañas desde antes del nacimiento del lucero de la mañana». Y más adelante leía Ana con los ojos clavados en su devocionario: Dominus dixit ad me: Filius meus es tu, ego hodie genui te. Alleluia. ¡Sí, sí, aleluya! ¡aleluya! le gritaba el corazón a ella... y el órgano como si entendiese lo que quería el corazón de la Regenta, dejaba escapar unos diablillos de notas alegres, revoltosas, que luego llenaban los ámbitos obscuros de la catedral, subían a la bóveda y pugnaban por salir a la calle, remontándose al cielo... empapando el mundo de música retozona. Decía el órgano a su manera:...

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