La Segunda Casaca : 16

La Segunda Casaca : 16 de Benito Pérez Galdós Sentí que la sangre se me trocaba en hielo, los cabellos se me pusieron de punta y por breve rato estuve sin respiración. Mi primer impulso, cuando pude tener impulso, fue buscar con la vista un hueco por donde echarme fuera de allí. Mi mayor confusión consistía en no poder asociar estas dos ideas: la Inquisición y el Sr. Mano de Mortero. -No te asustes -dijo Monsalud-; aquí estamos tan seguros como en tu casa. Después de todo, esto no es tan feo como parece desde arriba. Acudió en tropel a mi mente todo lo que había oído, visto y leído referente al temible tribunal. Aquel solitario y lúgubre sitio en que me encontraba desmentía un poco con su silencio y abandono las ideas de espanto que invadieron mi cerebro, porque ni se oían lamentos, ni se veían los humanos cuerpos arrastrando cadenas sobre el ensangrentado suelo. Con todo, aquel lugar, bastante...

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