La Segunda Casaca : 3

La Segunda Casaca : 3 de Benito Pérez Galdós Dijo, y siguió accionando en silencio durante un rato. Estaba desasosegado y colérico. La enorme desproporción entre su energía intelectual y su fuerza física, entre sus ideas y su posición, le ponían en aquel estado de frenesí, tan semejante a una monomanía furiosa. -En algunas cosas tiene usted razón, Sr. D. Miguel -dije-. No se castiga todo lo que debiera castigarse; pero si ese humor endiablado que usted tiene se ha de aplacar con la prisión y escarmiento de Salvador Monsalud, dese usted por curado... Hablaremos a Lozano de Torres... aunque sigo en mis trece, y sostengo que ese desgraciado no está en Madrid. Debe de haber error en esto. -Está, está en Madrid -afirmó Jenara, clavando en mí sus ojos azules, cuya serenidad se alteró visiblemente-. Yo le he visto. Al decir yo le he visto, se puso pálida. Su semblante expresaba más bien...

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