Las dos gracias : 03
Capítulo III 03 Pág. 03 de 04 Las dos gracias Fernán Caballero Preciso es antes de proseguir que conozca el lector al padrino que había sido de la niña, persona que sin tener parte individual en ninguno de los eventos de que se compone la relación que vamos a hacer, figura en ellos, ya para bien, ya para mal de esta familia: suave y oficioso instrumento para lo primero, completamente extraño e ignorante en lo segundo. D. Manuel, hijo del mayordomo del marqués de San Adrián, fue tan bien inclinado en su infancia, que desde aquella época le había elegido el marqués para constante compañero de su hijo, niño triste y apocado, y ciego de nacimiento. Manuel, pues, recibió la misma educación y enseñanza que recibió el heredero de su señor. Como sus buenas inclinaciones no se desmintieron nunca, a la edad competente eligió la carrera eclesiástica, cuyos estudios siguió en Sevilla, y le fueron costeados por el marqués. Su padre le envió a parar durante...
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